El futuro de los móviles




Móviles cargados inalámbricamente


Cargar un dispositivo sin necesidad de conectarlo físicamente a un transformador o cargador es una idea que muchos de nosotros abrazamos con mucha esperanza, no es que sea una tarea extremadamente difícil conectarlo para su recarga a través de un cable, pero sería mucho más cómodo y productivo simplemente apoyarlo sobre una base o cerca de ella y que comenzara a cargarse automáticamente.

Aunque esta tecnología fuera desarrollada y puesta a prueba hace muchos años atrás, el más claro ejemplo de ello son los cepillos de dientes Oral-B de Braun a principios de los 90, lo cierto es que su implementación no pudo hacerse extensiva a muchos otros productos en el mercado de consumo masivo debido a los altos costos de su producción, lo que lo convertiría en un producto prohibitivo para la mayoría de los entusiastas de la electrónica y los gadgets.

Básicamente, la carga por inducción transfiere energía entre dos objetos utilizando un campo electromagnético, lo cual generalmente hace mediante una estación de carga o dock. La energía resultante es enviada a través de un acoplamiento inductivo a un dispositivo eléctrico, que puede entonces usar esa energía para cargar su batería o simplemente para poder hacerlo funcionar.
Generalmente, los cargadores de inducción usan para este procedimiento las llamadas “Bobinas de inducción”, las cuales son utilizadas para crear el campo electromagnético necesario para cargar los dispositivos convirtiendo estos campos electromagnéticos en electricidad. Una de estas bobinas se encuentra en el interior del dock o estación de carga, y la segunda bobina de inducción se deberá encontrar por fuerza en el dispositivo a cargar. Cuanto más cerca se encuentren los inductores, mejor será la transferencia de energía.


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